martes, 4 de agosto de 2015

||>> No me subestimes.


(Por Telma Céspedes).
☆ Leer: Mateo 25:23 ☆

Conozco una historia acerca de una fiesta que había sido organizada por un grupo de lámparas.

Mientras escuchaba hablar acerca de los preparativos, una pequeña vela esperaba ser invitada.

Pensaba: Tenemos mucho en común. Todas servimos para iluminar, pero a pesar de esto, decidieron no invitarla ya que las lámparas la consideraban de poca importancia, como un objeto insulso e inútil.

La velita muy triste, se sentía inferior y se conformaba con escuchar desde afuera lo que decían.

Ellas se mofaban de la velita sintiéndose insuperables.

Ya en la fiesta y en un descuido, las orgullosas lámparas provocaron un corto circuito.

Todo se quedó a oscuras y ellas solo clamaban para que alguien pudiera socorrerlas.

Llamaron a un electricista para arreglar el desperfecto, pero se les dificultaba la tarea al no poder ver nada a causa del apagón.

Entonces la velita se presentó ante ellos y se ofreció para ayudarles.

Con la luz de la pequeña vela, el técnico pudo ver y así rápidamente solucionar el problema.

Las lámparas al ver eso, se sintieron muy mal al darse cuenta que todas ellas dependían de la que habían despreciado.

La velita contaba con la luz que salía de su interior, y aunque se iba consumiendo, esto no le importaba con tal de ser de ayuda.

A partir de ese día, nunca más la velita se sintió inferior, ya que comenzó a sentirse capaz de hacer grandes cosas.

Probablemente algo o alguien te hizo sentir igual que la velita, reduciendo tu autoestima, y creando en ti barreras que no te dejan ver cómo eres en realidad.

Deja de autocompadecerte y subestimar tus capacidades y cualidades.

No aceptarte tal cual Dios te hizo, es dudar de la perfección de su obra, pues cuando Te creó dijo: “es bueno”.

Así que tu eres mucho más de lo que piensas, eres capaz de lograr cosas que jamás imaginaste (a través de Dios), porque naciste para ser un vencedor.

No eres menos que nadie. En lo poco que puedas hacer, muestra de lo que estás hecho.

Da lo mejor que tengas, que te importe más la opinión de tu creador que la de otros que quieran subestimarte.

Y cuando llegue el día tan esperado podrás escuchar de sus labios: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”.
- Mateo 25:23 (NVI).-

Desde hoy camina mirando hacia adelante y con la seguridad de que eres muy valioso por ser imagen y semejamza de Tu maestro.

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el espíritu del Señor”.
- 2 Corintios 3:18.-

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||>> Al borde.

(Por David H. Roper)
☆ Leer: Romanos 6:16-23 ☆
"… todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado".
- Juan 8:34.-

Al sur de Kuna, en Estados Unidos, hay un tubo subterráneo de lava que se ha vuelto bastante famoso en esa ciudad.

Por lo que sé, su única entrada es un hueco profundo que se sumerge directamente en la oscuridad.

Hace unos años, me paré al borde del hueco para mirar de cerca, y casi pierdo el equilibrio.

El terror me generó palpitaciones, y retrocedí de inmediato.

El pecado es parecido: la curiosidad puede hundirnos en la oscuridad.

¿Cuántos se han acercado demasiado al borde y, tras perder el equilibrio, cayeron en las tinieblas?

Destruyeron su familia, reputación y carrera debido a relaciones adúlteras que empezaron con un «simple» coqueteo y terminaron en pensamientos y acciones. 

Cuando miran atrás, suelen decir: «Nunca pensé que llegaría a esto».

Pensamos que podemos coquetear con la tentación, acercarnos mucho al borde y dar un paso atrás, pero es un engaño.

Sabemos que algo está mal, y, aun así, jugamos con eso. 

Luego, caemos inevitablemente en perversiones oscuras.

Jesús lo expresó con claridad: "«todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado»".
- Juan 8:34.-

Por eso, al reconocer que necesitamos la ayuda de Dios, oramos como David: "«Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí»". 
- Salmo 19:13 (lbla).-

Abba. Padre!! Ayúdanos a no coquetear con el pecado. Danos mucha más Sabiduría e inteligencia como para saber qué nos conviene y qué no. Que Tu Espiritu Santo nos capacite con mucho más Dominio propio.
En el nombrede tu Hijo amado. 
Amén! 

● Una gran caída, empieza con un pequeño tropezón.

Sé sabio!!

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