(Por Soraida Fuentes).
«Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes.
Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.»
Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.»
☆ Romanos 12:1 (NTV) ☆
El cuerpo es la estructura física y material del ser humano creado por Dios, complejo en su funcionamiento y de nuestra entera responsabilidad.
Cada uno es responsable de cuidarlo,
de darle la alimentación adecuada y fortalecerlo.
Nuestro cuerpo encierra mucho más que órganos, aloja también nuestros pensamientos, creencias, convicciones, recuerdos, intenciones, todos los sentimientos que se reflejan en nuestro comportamiento.
El presentarlo a Dios voluntariamente como un sacrificio vivo también es nuestra responsabilidad, piensa que si tienes una entrevista de trabajo muy importante ¿cómo te presentarás?, te darás una ducha, te arreglarás bien, te pondrás un buen traje limpio, y harás todo lo posible para dar una buena impresión a tu entrevistador, ya que necesitas el trabajo para tu sustento.
Así como somos detallistas al momento de una entrevista, también sería mucho más bueno que lo seamos con Dios.
El nos ha dado todo para tener éxito en presentarnos con él; nos dio a Jesús para ser salvos, su palabra para hablarnos y conocerle y al Espíritu Santo para guiarnos.
Que cada día, nuestra conducta sea presentarnos a Él como ese sacrificio que nos pide: vivo, santo y agradable, y por su parte Él promete que transformará nuestra manera de pensar y lo mejor es que aprenderemos a conocer su voluntad.
«Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.»
☆ Jeremías 29:11 (NTV) ☆
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