(Por Dilean Cañas)
☆ Leer: Juan 16:33 ☆
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo".
Jesús lleva mucho tiempo al lado de sus discípulos, cuando hay una enfermedad, el sanaba a la persona y aún perdonaba sus pecados.
En momentos de necesidad, Jesús simplemente oraba al Padre y los alimentos eran multiplicados, y en aquellas situaciones en donde una tormenta amenazaba sus vida, los apóstoles vieron la mano poderosa de su maestro librándoles de la misma muerte.
Pero ahora su maestro se estaba despidiendo. Él debía volver al Padre y por lo tanto les debía advertir de los peligros que iban a enfrentar después de su partida.
Les dice que serian perseguidos, echados en la cárcel y aún asesinados.
Los discípulos debían estar aterrorizados.
Puedo imaginarme su rostro lleno de desesperación.
¿Qué les depararía el futuro?
¿Quién iba a librarles? o
¿Quién haría todas las cosas que solo el maestro podía hacer?.
Parecía que se habían acabado los días de color rosa y se acercaban unos supremamente oscuros para cada uno de ellos.
Jesús, su amigo, quien en pocas horas iba a dar su propia vida por amor a ellos, no le promete a sus seguidores vidas cómodas, conquistas y un futuro exitoso, (como argumentan algunos hoy), pero si les dice algo que cambiaria lo terrorífica de la escena.
En primer lugar Jesús les deja su paz y segundo les pide que confíen en El.
Ya ellos no podrían verle, pero podían confiar en que Él aún estaba con ellos y estaría con ellos aún en los momentos más adversos.
Los discípulos no caminarían más a su lado pero podían tener la certeza de que no estarían caminando solos, porque Él nunca les abandonaría.
Dios sabía de antemano los problemas y dificultades que tendrías que enfrentar, pero Él ha prometido esta misma paz para tu vida.
Solo necesitas confiar, creer que a su lado estarás bien y descansar en su promesa.
¿Estás dispuesto a tomar esa actitud? Es una decisión y está en tus manos.
Recuerda: La paz de Dios no es para aquellos que no tienen dificultades, sino para quienes han decidido confiar en Él.
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