domingo, 12 de julio de 2015

||<< Lugares desiertos >>||

(Por Julie Ackerman Link).
☆ Leer: Isa铆as 48:16-22 ☆
"No tuvieron sed cuando los llev贸 por los desiertos…" (v. 21).

Seco. Polvoriento. Peligroso. Un desierto… un lugar donde hay poca agua y la vida es hostil.

Por eso, no sorprende que la palabra des茅rtico describa un sitio inhabitado.

Pocas personas eligen estar all铆, pero, a veces, no pueden evitarlo.

Las Escrituras revelan que el pueblo de Dios estaba familiarizado con la vida en el desierto.

Gran parte de Medio Oriente, incluido Israel, es des茅rtica, pero con algunas excepciones f茅rtiles, como el Valle del Jord谩n y las regiones aldea帽as al Mar de Galilea.

Dios decidi贸 «levantar su familia» en un lugar rodeado por el desierto, donde pudiera mostrarle su bondad al protegerla y suplirle sus necesidades a diario (Isa铆as 48:17-19).

En la actualidad, casi nadie vive en desiertos literales, pero solemos atravesar situaciones con caracter铆sticas extremas similares.

A veces, la obediencia nos lleva a experimentarlas; pero otras no se deben a nuestras decisiones o acciones. 

Cuando alguien nos abandona o una enfermedad nos invade, nos sentimos como en un desierto, donde los recursos son escasos y la vida resulta dif铆cil.

Pero el prop贸sito de atravesar un desierto, ya sea literal o figurativo, es hacernos recordar que dependemos de la provisi贸n de Dios; lecci贸n que no debemos olvidar cuando vivimos en la abundancia.

¿C贸mo te est谩 sustentando Dios?

En todo desierto, Dios tiene un oasis de gracia.

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||<< Comprobante de satisfacci贸n >>||

☆ Lectura: 1 Corintios 15:1-8 ☆

En los meses posteriores a la revoluci贸n francesa, un hombre intent贸 comenzar una nueva religi贸n la cual cre铆a era superior al cristianismo, pero se desilusion贸 por su falta de 茅xito.

Revel贸 su frustraci贸n a un cl茅rigo y le pregunt贸 qu茅 pod铆a hacer.

脡l cl茅rigo le respondi贸 que no era tarea f谩cil comenzar una nueva religi贸n, tan dif铆cil era, que no ten铆a nada que sugerir.

Pero despu茅s de un momento de reflexi贸n dijo: “Si quieres considera este plan: ¿por qu茅 no te crucificas y resucitas al tercer d铆a?”

El s贸lido fundamente de la fe cristiana es una tumba vac铆a.

El Nuevo Testamento declara que la muerte de Cristo pag贸 la pena por nuestro pecado.

Sin embargo, ¿c贸mo puede saber alguien con certeza que la crucifixi贸n de Cristo fue aceptable a Dios?

No importa lo que nosotros creamos de la muerte de Cristo, lo que importa es lo que cree Dios.

La aprobaci贸n de Dios del sacrificio de Cristo qued贸 demostrada con la resurrecci贸n.

Es el comprobante firmado por Dios de que 脡l est谩 totalmente satisfecho.

Sin la resurrecci贸n, el cristianismo no tiene mucho m谩s que ofrecer al mundo, que lo que ofrecen otras religiones, pero el hecho de que Cristo muri贸 y resucit贸 de entre los muertos “es poder de Dios para salvaci贸n a todo aquel que cree".
(Rom.1:16).

La resurrecci贸n es el “Am茅n” del Padre al “consumado es” del Hijo.

Comparte con otros, la fe que tienes en tu coraz贸n, la cual est谩 basada en la tumba vac铆a y en la esperanza del pronto regreso de nuestro Rey y Se帽or.

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