(Por Dilean Cañas)
☆ Leer: Mateo 6:10 ☆
"Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo".
La voluntad en el cielo es máxima, allí no hay espacio para la intervención de alguien más que no sea el mismo Dios. Allí se hace su perfecta voluntad y nada más que eso.
Cuando oramos a Dios; Hágase tu Voluntad en el cielo (donde siempre se hace su voluntad), como en la tierra (lo que implica nuestra vida o la de los seres que amamos), en realidad estamos diciendo; “Aceptamos y nos sujetamos a lo que sea que ya has preparado para nuestro presente y futuro".
Por la palabra de Dios, sabemos que la voluntad de Dios es buena, perfecta y siempre nos llevará a un fin próspero, pero esto no quiere decir que el camino para llegar allá será siempre de rosas o sin dificultades.
La voluntad de Dios, aunque buena y perfecta, incluye momentos y situaciones adversas, por medio de las cuales Dios forma nuestro carácter y nos prepara para su voluntad en nuestras vidas.
Cuando hagas esta oración, hazla consciente de lo que estás orando, no repitas por repetir sino que ora a Dios disponiendo tu corazón a aceptar la perfecta voluntad de Dios en tu vida, así como se cumple en el cielo.
Recuerda que vendrán días de lluvia e incluso tormenta, también disfrutarás de días soleados y de calma, pero si estás viviendo sujeto a la voluntad de aquel que te ama, quien con amor eterno te protege y aquel que tiene planes maravillosos para tu vida, puedes confiar que el fin de cada situación en tu vida cumplirá el propósito perfecto.
Que la voluntad de Dios no sea tan sólo una oración, sino un estilo de vida.
“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme”.
- Salmos 143:10.-
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