☆ Lectura: Hebreos 11:35-40 ☆
La historia registra la vida de una mujer muy singular: Patricia St. John, a quien se la ha descrito como una mujer ordinaria con una fe extraordinaria.
Dedicó su vida a servir a personas en los lugares de mayor necesidad en nuestro planeta.
Estuvo en Sudán cuando los refugiados de guerra inundaron ese país. Habían sufrido terriblemente y lo habían perdido todo, los que eran creyentes aun así daban gracias a Dios.
Patricia dijo que una noche estaba de pie en una iglesia sudanesa llena de gente escuchando a aquellos creyentes que habían sido trasladados allí, cantando llenos de gozo.
De pronto, una reflexión transformadora se plasmó en su mente. “Hubiésemos cambiado sus circunstancias – dijo – pero no a ellos”.
Patricia se dio cuenta de que Dios “no siempre libra a las personas de la situación, sino que Él mismo entra a formar parte de esa situación…No los saca de la oscuridad, sino que se vuelve luz en medio de ella”.
¿Se aplica la reflexión de Patricia a tu vida? ¿Y si, a pesar de tus fervientes oraciones, Dios no considera apropiado librarte de las terribles circunstancias?
La Palabra de Dios nos dice que los creyentes muchas veces sufren (Hebreos 11:35-38). Entonces, ¿qué?
Dios promete estar a tu lado. Te fortalecerá y te dará la gracia para regocijarte, incluso en el sufrimiento y la pérdida. Eso es un verdadero triunfo en la tragedia.
La única manera de ser victorioso es tener a Cristo reinando en ti.
¿Estás en medio de circunstancias difíciles?
Entonces tienes que ser fuerte y valiente, sabiendo que no estás solo(a). El Señor está a tu lado.
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