(Por B.G - D.J)
📖 Lectura: 2 Corintios 3 📖
«El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.» (vv.6,18).
Es significante que nuestros primeros astronautas, mientras se entrenaban para sus vuelos a la luna, tuvieron que dar veinte respuestas al test, "¿Quién es usted?".
Haga usted mismo el mismo test:
"Yo soy... (x20)".
Una vez que haya hecho su lista y se quede sin más respuestas que añadir, pregúntese si realmente las ha contestado con total sinceridad.
¿Sabe realmente quién es usted?
Los científicos están de acuerdo en que nuestra búsqueda desesperada, lleva a todos a buscar héroes, famosos, etc... y a imitarlos, a "pegar fragmentos de otras personas sobre nosotros mismos".
Hacemos el amor como lo haría un actor. Jugamos al golf al estilo de Jack Nicklaus.
Parte de este proceso es natural, pues se aprende por imitación de otros.
La tragedia es que la persona que imitamos o la careta que nos ponemos, no es genuina.
"¿Quién soy yo?"
Llora mientras camina por el mundo buscándose a sí mismo.
Considere esto: hay tres, que piensan sobre quién es usted:
● Está usted mismo que piensa
quién es usted.
quién es usted.
● Están los demás que piensan
quién es usted.
quién es usted.
● Y está la persona de Dios que sabe
quién puede ser usted a través de Cristo.
quién puede ser usted a través de Cristo.
|| Señor. Ayúdame a romper estas caretas, estas fachadas falsas sobre quien soy yo, y ayúdame a conocerme a mi mismo como solo Tú me conoces.
Amén.
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