martes, 7 de julio de 2015

||<< La oscuridad y la luz >>||

(Por Bill Crowder)
☆ Leer: Salmos 91:1-8 ☆
"No temerás el terror nocturno, […] ni pestilencia que ande en oscuridad… (vv. 5-6)".

Cuando yo era jovencito, repartía periódicos en unas 140 casas en dos calles que estaban conectadas por un cementerio.

Como se trataba de la edición matutina, tenía que salir a las tres de la mañana y atravesar ese cementerio en medio de la oscuridad.

A veces, ¡tenía tanto miedo que lo atravesaba corriendo! El miedo no se me iba hasta que me encontraba parado a salvo debajo de una luz de la calle del otro lado.

Esa luz hacía desaparecer la temida oscuridad.

El salmista comprendía la relación entre el temor y la oscuridad, pero también sabía que Dios es mayor que esos miedos. Por eso, escribió:

«No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad…» (Salmos 91:5-6).

Ni los terrores de la noche ni el mal en la oscuridad deben generarnos miedo. Tenemos un Dios que envió a su Hijo, la luz del mundo (Juan 8:12).

A la luz del amor, la gracia y la verdad del Señor, podemos encontrar valor, ayuda y fuerza para vivir para Él.

● Señor, vengo a ti, la luz del mundo. Por favor, disipa con tu luz la oscuridad de mis miedos.

>> No tienes que temerle a la oscuridad si caminas con la Luz del mundo.

=*=

No hay comentarios:

Publicar un comentario