martes, 7 de julio de 2015

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☆ Lectura: Salmos 13 ☆

Los atletas detestan los tiempos donde no alcanzan su máximo potencial.

Intentan cualquier cosa para salir de esos momentos en que no se pueden hacer las mejores marcas acostumbradas.

Los jugadores de béisbol cambian su bate, los de baloncesto cambian sus tenis y los de fútbol cambian sus zapatillas, fortalecen sus rutinas de entrenamiento y practican horas extras sus tiros a marco.

Hacen lo que sea para hallar el éxito.

Los creyentes también deberían aborrecer los tiempos de baja espiritual.  

Deberíamos intentar diferentes cosas para salir de esas temporadas de resequedad en las que parece que nuestras oraciones no pasan del techo, o cuando leer la Biblia, parece más frustrante que no ganar un partido en toda la temporada.

Un estado espiritual bajo, puede hacernos sentir abandonados por Dios.  

Luchamos con pensamientos angustiosos.  Nuestros corazones se entristecen.

Estamos convencidos de que tenemos la batalla perdida.

Así se encontraba David cuando se describió a sí mismo en Salmos 13:1-2.  

Su baja espiritual se produjo al parecer, por un retraso en la respuesta a su petición de ayuda.

No obstante, David sabía cómo salir de aquella baja.  Primero apeló a Dios (Salmos 13:3-4), la verdadera fuente de refrigerio espiritual en tiempos de sequía.

Luego confió en Dios (Salmos 13:5), el Único que conoce la salida.

Por último, cantó alabanzas (Salmos 13:6), consciente de lo importante que es la adoración.

¿Te encuentras en una bajón espiritual?

Lleva tus súplicas a Dios, confía en Él y alaba Su nombre.

Luego, ¡vuelve a jugar!

Para abordar los problemas de la vida, confía en las promesas de Dios.

● En memoria de: Ana María P.E. (1961-2015).

¡Gracias por tus sonrisas, nos veremos pronto! (Fil.1:21)

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