(Por David C. McCasland)
☆ Leer: Salmos 77:1-15 ☆
"Me acordaré de las obras del Señor…" (v. 11).
El escritor William Zinsser describió su última visita a la casa donde se crió; un lugar que amaba enormemente de niño.
Cuando él y su esposa llegaron a una colina desde donde podría ver la casa junto a la bahía, descubrieron que había sido demolida y que lo único que quedaba era un agujero inmenso.
Descorazonados, caminaron hasta el rompeolas cercano, absorbiendo el panorama y los sonidos a la orilla del mar.
Más tarde, escribió: «Me sentí tranquilo y apenas triste. La vista estaba intacta: esa combinación inigualable de tierra y mar que recordaba tan bien y que todavía veo en mis sueños».
El salmista escribió sobre un momento difícil, cuando su alma rehusaba consuelo y su espíritu estaba abrumado (Salmos 77:2-3).
Pero, en medio de su angustia, cambió su mirada, dejando de ver su tristeza y enfocándose en su Salvador:
«Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo. Me acordaré de las obras del Señor; […] tus maravillas antiguas» (vv. 10-11).
Ante las decepciones, podemos enfocarnos en nuestra pérdida o en Dios.
El Señor nos invita a mirarlo a Él y su bondad, su presencia con nosotros y su eterno amor.
● Abba. Padre. Esta vida puede ser maravillosa o decepcionante. No todo es como debe ser. Que nuestras desilusiones nos acerquen a ti, la única esperanza para el mundo.
Amén.
>> La fe en la bondad de Dios mantiene viva la esperanza.
=*=
Amén!
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