(Por Soraida Fuentes)
☆ Leer: Isaías 55:11 ☆
“Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe".
En estos días estuve leyendo un libro de John MacArthur y me llamó mucho la atención una historia:
“Una señora que vivía en el campo y un vendedor de aspiradoras fue a visitarla con un plan de ventas bastante agresivo.
Le dijo “Tengo el producto más fantástico que usted haya visto jamás. Esta aspiradora arrasa con todo".
Antes de que ella pudiera responder, él dijo “me gustaría hacerle una demostración”.
De inmediato se dirigió a la chimenea y arrojó un poco de ceniza en medio de la alfombra.
También tenía una bolsa llena de cosas que vació sobre la alfombra.
Y entonces dijo: “quiero que observe cómo aspira todo”.
Ella se quedó allí de pie, asombrada.
Por ultimo le dijo a la señora: “Si no lo aspira absolutamente todo, me comeré el resto con una cuchara”.
Ella lo miró directamente a los ojos y le dijo: “Pues bien, señor, comience a comer, porque no tenemos electricidad".
La venta de un producto depende de varios factores, uno de ellos es el marketing, la publicidad en la televisión, centros comerciales, radios, internet y demás medios.
Pero el éxito completo, depende del mismo producto, de su fabricación, eficacia, material en que fue fabricado y utilidad.
Sin embargo no hay ningún producto que pueda satisfacer todas las necesidades, con una sola excepción: La Biblia.
Es la respuesta a todas las necesidades del hombre, nada ni nadie podrá superar su eficacia, veracidad y utilidad.
Acertádamente se la llama el manual de vida, porque por generaciones es la que ha traído esperanza de vida abundante a quienes la han leído y practicado sus enseñanzas.
¿Estas buscando algo que satisfaga todas tus necesidades?
¿Necesitas soluciones a tus problemas?
¿Tienes que tomar una decisión que influirá toda tu vida?
Adquiriere y recurre a la Palabra de Dios. Ella hace exactamente lo que promete, tiene poder para transformar tus tristezas en gozo, tu desierto en valle y pasar de la muerte a la vida.
¡Ten seguridad que esta adquisición es la mejor inversión, para tener una vida abundante!
“A medida que aprendo tus justas ordenanzas, te daré las gracias viviendo como debo hacerlo. Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!”.
- Salmos 119 (NTV).-
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